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10.12.07

Cluetrain... de nuevo!


Nuevas opiniones provenientes de la clase de RRPP de la Escuela de Comunicación Social de la UCV.


En esta oportunidad tenemos dos nuevos ensayos sobre el Manifiesto del Tren de Claves:


Disfruten, lean y opinen...

¡Reconquístame o lo lamentarás!

Tesis Nº 78: ¿Quieres que pongamos nuestro dinero? Nosotros queremos que pongas atención.

“¿Mamá? ¿Me estás oyendo?”. “Sí, sí, hijo, dime… Yo te oigo mientras veo la novela”. Algo por el estilo sucede con las compañías, sobre todo con las más poderosas, les cuesta prestar atención en otras cosas, ya que después de cierto punto, sólo pueden concentrarse en un tema y resulta complicado captar su atención en asuntos distintos al dinero. Quizás después de decir palabras como compra, venta, monto neto y ganancia, se logre que al menos volteen la cabeza o, si se está de suerte, se le mire a los ojos.


A los directivos de las compañías se les escapa el ligero detalle de que su economía, por muy sólida que sea, se basa y se mantiene gracias a la enorme cantidad de mortales que nos dedicamos a satisfacer nuestras necesidades de consumo adquiriendo sus productos. Ellos se hacen los locos, pero realmente nos aman, sin nosotros no viven, pero, como en todas las relaciones largas, han descuidado los detalles. Ya no hay flores sin ocasión especial, ni chocolates sorpresa bajo la almohada. Creen que esos trajes y esas pintas elegantes son suficientes para convencernos, pero hace falta más que una imagen o una identidad corporativa. Tiene que haber coherencia entre lo que venden como organización y su comportamiento. Quizás si se les aplicara la técnica de la indiferencia, se detendrían un momento a pensar en qué está pasando y por qué nos comportamos así.


En términos de negocios, si se les quita lo que a ellos más les importa (el cochino dinero) como una forma de huelga, podremos lograr un acercamiento, que tengan que fijarse en qué nos hace falta y qué queremos. Sólo conociendo y basándose en nuestras necesidades, sabrán cómo proceder para que volvamos a interesarnos en sus productos, de manera que sigamos contribuyendo con sus ganancias y el ciclo pueda mantenerse.

“Ya lo sabes, mamá, si no me escuchas, no te devuelvo el televisor”.


Verónica Pedraza Díaz